Los conflictos, son una parte de crecimiento para las organizaciones (siempre y cuando sean llevadas con cautela), ya que se dan a conocer diversos puntos de vistas, visiones e intercambio de ideas.
El problema comienza cuando una de las partes ve la situación como algo “personal”, en ese momento se convierte en todo lo contrario y suele ser una parte fundamental para el decrecimiento de productividad para la persona y en el peor de los casos para el departamento.
Dada la importancia de los conflictos en una organización, es imprescindible nunca ver la situación como “personal”, hacer esto nos generara stress y situaciones que no son fáciles de digerir.
La mejor forma de solucionar un conflicto es “evitándolo”, siempre y cuando sepamos que no se tendrá un resultado de conocimiento (compartir ideas, experiencias o buscar forzar una idea personal), cuando un conflicto no tiene un resultado educativo, es mejor evitarlo.
En mi conocimiento como esposo, padre, hijo de familia, estudiante y jefe, me ha llevado a determinar los siguientes conceptos claves para evitar conflictos.
Empatía: Siempre se debe de ver el problema intentando en la medida de lo posible ver el problema o situación o idea desde los zapatos de la otra persona, esto nos dará un enfoque de la situación.
Silencio: Se tiene que dejar hablar a la otra persona, y si es posible, anotar en alguna hoja o libreta los puntos específicos en los que se está en desacuerdo.
Razonamiento: No se trata de buscar la razón, solo se debe de razonar los puntos que no están en contra de nuestra forma de pensar (con esto encontraremos que el objetivo que se persigue es el mismo).
Escuchar: Hay una gran diferencia entre oír y escuchar; la primera solo es un hábito en el cual nosotros podemos estar tarareando una canción y asentando la cabeza a nuestro compañero (dar avionazo), la segunda, es poner empeño en lo que nuestro ejecutor se expresa.
Sonreír: Una sonrisa, en un conflicto “desarma” prácticamente a cualquier persona, suele ser una arma muy poderosa, pero no hay que abusar y ni mucho menos utilizarla de forma despectiva e irónica, por que logra precisamente todo lo contrario…mas enojo.
Cuando toque nuestro turno en la conversación, es importante resaltar el razonamiento que se hizo en el proceso de receptor (cuando se estaba escuchando) y deberemos tomar los siguientes puntos a consideración:
No manotear: Cuando toca nuestro turno, debemos de dar nuestro punto de vista sin manotear tanto, pero si se tiene que hacer énfasis en las situaciones en las cuales no se está de acuerdo de manera directa, sencilla y diplomática. (todo de forma apacible y amigable)
Sonreír: Cuando se toca el tema del desacuerdo total, la sonrisa suele ser el mejor distractor para no generar más disgusto.
Empatía: Siempre se debe de dirigir al problema o idea como una situación que está dentro de la solución de los que están involucrados, nunca se debe generar un chisme o contra atacar con una pregunta o aseveración burlona.
Desahogo: Siempre se debe de buscar la forma de dar a conocer nuestra perspectiva de la situación y todo lo que se apunto antes debe de decirse en ese momento.
Al final, lo que se busca es facilitar el trabajo en equipo; y los conflictos llevados de una forma adecuada, terminan dando como resultado mayor sinergia y generación de ideas interesantes.
La próxima vez, que alguien te invite a un conflicto de situaciones o ideas, disfrútalo, pero si no llegas a ningún lado, evítalo sin más. No pierdas tu tiempo.
Saludos
Buenas Finanzas